Tomamos el pulso a la estación del hedonismo melancólico con seis vinos hechos para gozar lento, y su sugerente banda sonora: de Arde Bogotá a Lana del Rey.
F. Scott Fitzgerald escribió en El Gran Gatsby que “la vida vuelve a empezar cuando refresca en otoño". Y nadie supo capturar el hedonismo y la melancolía de la Generación Perdida como él. Ni del otoño, a fin de cuentas. Porque el otoño es un remolino de hedonismo y melancolía que vamos a danzar de vino en vino y de canción en canción.
Los Como reza el tatuaje viral de Damiano David inspirado en la bellísima Guantanamera, de Gitarricadelafuente: "Mamacita, dame alas, que me quiero ir a volar".
Loseco 2024 (Barco del Corneta) – Guantanamera (Guitarricadelafuente)
Hay septiembres que son “un disparo al corazón”. Y vinos que también apuntan a los centros. Loseco 2024, la última creación de Barco del Corneta, atraviesa todas las defensas con su honestidad desbordante. En esta pequeña bodega pirata de La Seca, los capitanes Beatriz Herranz y Félix Crespo mantienen vivo el latir de la memoria rural como lo hace Alvarico con sus Cuevas de Cañart (donde “la vida es tan bonita que parece de verdad”).
Esa memoria se mece en Loseco a través de una mezcla tradicional de variedades de la zona -Viura y Verdejo- que, como explican desde la bodega, refleja la armonía prodigiosa y expresiva entre ambas, el alma del terruño y su forma de entender el vino. Y qué de vinos (y otoños) caben en tan solo uno de ellos.
Socaire Oxidativo 2019 (Bodegas Primitivo Collantes) – Tu Silueta (Diegote)
El embrujo que ejerce la tierra albariza sobre uvas y almas es solo comparable al sortilegio invisible que nos lanzan ciertas canciones, como el himno de piel de Diegote (“Siente como lo hago yo”). Para prender de magia sureña este otoño incipiente, también hemos volado hasta Chiclana de la Frontera (Cádiz), donde nace el Socaire Oxidativo 2019, hecho para danzar una y mil veces este baile prohibido.
En la zona del Marco de Jerez más meridional, un visionario Primitivo Collantes inició la revolución del socairismo, contando el territorio de una forma salvaje y pura a través de vinos blancos tranquilos que llevan dentro el mordisco blanco de la albariza. Con 60 meses de crianza oxidativa -es decir, en contacto con el aire-, esta Palomino Fino se desliza salina, compleja y sensual al son prohibido de Tu Silueta.
El Grifo Orange Wine 2024 (El Grifo) – La Raíz (Valeria Castro)
En este vino tan inusual se unen dos elementos que nos fascinan: el alma volcánica de la isla de Lanzarote y la atractiva rareza que abanderan los orange wines, alumbrados en contacto con sus pieles. Dentro de esa estirpe de vinos radicales, de blancos con alma de tintos, El Grifo Orange Wine 2024 se alza todavía más provocador y singular, elaborado a partir de uva Moscatel de Alejandría cultivada en los chabocos -los hoyos excavados en la ceniza- centenarios de la bodega con nombre de quimera.
Y para cantar con el acento del fuego, imposible no mirar hacia la cantautora Valeria Castro y su emocionante raíz: “Pasó lo que tenía que pasar/ Y no pienso hacer nada más/ Más que quedarme aquí/ Cuidando la raíz”. Así cantaba a su isla, La Palma, mientras la hipnótica lava se derramaba sobre aquel septiembre de 2021. Y en Lanzarote, gemela de lava y belleza extrema, ya bailaron esa canción en otra vida.
Izadi Larrosa Rosé 2024 (Izadi) – En otra vida (Lasso y Yami Safdie)
También En otra vida, Lasso y Yami Safdie se casaron y viajaron por el mundo. “En esta no se pudo”. Pero podría ser en la siguiente. Incluso, como decía Fitzgerald, podría empezar mañana. Izadi Larrosa Rosé, que se asomó al mundo por primera vez en febrero de 2014, renace cada añada desde entonces, con el mismo ímpetu tejido entre viejas garnachas riojanas de altura.
Muy seductor, e impregnado en su relato de cierto romanticismo histórico sellado con rosas y flechas, es uno de los rosados españoles más icónicos. Y encarna como pocos vinos todas las promesas que puede contener un otoño. “Mierda, es que nos fue genial en otra vida”.
Triay 38 2021 (Bodegas Triay) – Coyotes (Travis Birds)
Hace poco más de un mes, Ourense fue asediada por las llamas más terroríficas de su historia, alentadas por la tormenta climática perfecta y el abandono de los montes. Al sureste de la provincia, en la comarca de Monterrei, las viñas contuvieron el avance de un fuego terriblemente hambriento que también amenazó Valdeorras y Ribeiro. Hasta que -entre otros lentos milagros- el cielo chivato, como en la canción más poética y animal de Travis Birds, se puso a llover.
Hay en este descomunal Triay 38 2021 de Sousón y Mencía -su producción es muy limitada- mucho de esa Galicia silvestre, luchadora y mágica; de sus tierras húmedas y magnéticas. “Y sea el olor/ A tierra mojada/ La prueba evidente/ Que tengas de mí”.
El Paisano de Tares (Dominio de Tares) – Los Perros (Arde Bogotá)
Cuentan en Dominio de Tares que su vino más rompedor nació como homenaje al alma de los pueblos de El Bierzo, “a todos los paisanos que con su trabajo han contribuido al crecimiento de esta célebre comarca leonesa”. Por eso se elabora con una mezcla de uvas tintas y blancas – Mencía, Palomino, Doña Blanca, Godello y Alicante- de viñedos viejos, como antaño, reivindicando además el uso del sinuoso porrón como símbolo de disfrute compartido.
La música que escuchamos al acercar ese porrón a los labios no deja a nadie indiferente, y rezuma alma y poderío a partes iguales: “Valor, amor y cicatriz”. Muestra playlist ya arde, como Bogotá.
Raumland Cuvée Katharina 2018 (Raumland) – Season of the Witch (Lana del Rey)
Aunque nos hemos guardado una última canción y un último sortilegio espumoso conjurado en el Rheinhessen alemán: este original y evocador coupage de Pinot Blanc, Pinot Meunier y Pinot Noir que nos recuerda, con delicada efervescencia, que la estación de las brujas ya está aquí.
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